Lecturas destacadas
Aquà catalogaremos algunas lecturas muy especiales....
Volumen 20, 15 de octubre de 1927, Oración del Padre Nuestro
Volumen 12, 20 de junio de 1918, Anfitriones vivientes
Cada semana, las lecturas destacadas se almacenarán aquÃ, para que podamos crear una colección de conocimientos a lo largo del tiempo....
2 de junio de 1921 Al venir a la tierra, Jesús dijo casi nada o muy poco sobre Su Voluntad.
Me sentà muy oprimida porque me dijeron que querÃan imprimir todo lo que mi dulce Jesús me habÃa manifestado sobre su SantÃsima Voluntad. Era tal mi angustia que también me sentÃa inquieto; y mi dulce Jesús me dijo en mi interior: "¿Quieres ser árbitro de ti mismo? Eso es bueno. Sólo porque un maestro ha elegido dictar su doctrina a un alumno, esta doctrina y el bien que se puede hacer a través de él ¿No puede hacerse público? Esto serÃa absurdo y entristecerÃa al maestro. Y además, no hay nada de ti, es toda mi doctrina. No has sido más que un empleado. Y sólo porque te he elegido, ¿QuerrÃas enterrar mis enseñanzas y por tanto también mi gloria?"
Pero con todo esto me sentà inquieto; y mi siempre amable Jesús, saliendo de dentro de mi interior, rodeó mi cuello con su brazo, y abrazándome fuerte, me dijo: "Hija mÃa amada, cálmate, cálmate y contenta a tu Jesús".
Y yo: 'Amor mÃo, este sacrificio es demasiado duro; ante el solo pensamiento de que todo lo que pasó entre Tú y yo tiene que salir a la luz, siento que me muero y mi corazón se rompe por el dolor. Si escribÃ, fue sólo para obedecer y por temor de que pudieras disgustarte; y mira ahora en qué laberinto me está lanzando la obediencia. Vida MÃa, ten piedad de mà y pon en esto tu santa mano.'
Y Jesús: "Hija mÃa, si quiero este sacrificio, debes estar dispuesta a hacerlo, no debes negarme nada. Ahora bien, debes saber que, al venir a la tierra, vine a manifestar mi doctrina Celestial, a dar a conocer mi Humanidad, mi Patria y el orden que la criatura debÃa mantener para llegar al Cielo, en una palabra, el Evangelio, pero de mi Voluntad dije casi nada o muy poco, casi la pasé por alto, sólo haciéndoles entender. que lo que más me importaba era la Voluntad de mi Padre, casi nada dije de sus cualidades, de su altura y grandeza, y - 3 - de los grandes bienes que recibe la criatura al vivir en mi Querer, porque la Esta criatura era demasiado infantil en las cosas celestiales y no habrÃa entendido nada, sólo le enseñé a orar: 'Fiat Voluntas Tua, sicut in coelo et in terra', para que se dispusiera a conocer esta Voluntad MÃa en para amarla, para hacerla y asà recibir los dones que contiene, ahora, lo que Yo debÃa hacer en aquel tiempo, las enseñanzas sobre mi Voluntad que debÃa dar a todos, te las he dado. Entonces, darlos a conocer no es más que suplir lo que Yo Mismo debÃa hacer estando en la tierra como cumplimiento de mi Venida. ¿No queréis, entonces, que Yo cumpla el propósito de mi venida a la tierra? Por tanto, déjame hacer; Yo velaré por todo y dispondré de todo; y vosotros, sÃgueme y estad en paz." *